Desde la altura del Castillo del morro.al anochecer,se obtiene la mas perfecta imagin de La Habana.
Se te forma adelante corno un abismo de aire. A la derecha de la puesta del sol hay el horizonte celeste del mar y a la izquierda la ciudad con las moles escuadradas de sus edificios y hoteles.
Es el perfil de la mas grande metropolis del Caribe, que parece retener el aliento bajo su esplendido cielo.
La noche baja de repente sobre La Habana, sin que sus abitantes se dean cuenta. Ei calor no cambia.
Entrè en lo que desde afuera aparecia un edificio desbaratado y saliendo por una escalera lleguè, levantando un escotillon, sobre un techo ibstruido de depositod de agua y de las mas varias cosas, pero en realidad abierto bajo el cielo mas inmenso y cercano que yo hubiera visto. Mientras estàs con la cara levantada mirando, te das cuenta que en ese pianeta no hay cosas tan linda corno una noche a La Habana, admitido que la Habana sea de ese pianeta.
A Cuba he encontrado en mucha gente mi misma devocion por la amistad. Nunca conocì un pueblo tan comunicativo, sin distinciones entre quien le gustaria irse de la Isla y quien no cambiaria su Pais por ningun pais al mundo.
He aprendido ad amar Cuba y su pueblo por cuanto tienen de extraordinario.
Como ha dicho Colon: “Cuba es la tierra mas linda que ojos humanos hayan visto”. Tenia razon!!!
El ultimo cielo sobre La Habana, cuando tu viajo ha terminado, es la caricia incredula necesidada en saber que pronto volveràs, que no es la ultima vez, que volveràs a ver las puertas de las casas de la gente siempre abiertas al alegria, las miles palabras escrita a plenos colores sobre las paredes, que volveràs a oler aquel perfume unico y inebriante de mariposa, tabaco y azucar, que sentiràs otraz vez los ruidos en las calles de las tantas oficinas domesticas donde todo se arregla y nada se bota, el sonido de los tambores donde el sufrimiento se transforma en alegria.
Pero “MAS” que todo extranaràs los rostros de la gente que has conocido, porquè pensabas que Cuba te hubieras golpeado al celebro, al estomago o al sexo y en cambio te golpeò al CORAZON.
Lupano Paolo, Majo 1996